Estas casas tienen en su interior un altar, flores de plástico, coronas de papel, y una cruz de madera enterrada encima del túmulo de tierra que es la sepultura de los Chodil, Panichini, Huenchur, Chiguay apellidos de los originarios habitantes de esta región de Chiloé. Bancos de madera adosados a las paredes de las pequeñas casas permiten a los parientes y amigos del difunto rezar el rosario, los aves marías y padrenuestros, protegidos del viento y la lluvia que nubla el horizonte y no permite ver los paisajes de los cielos prometidos que dicen se encuentran más allá de ese océano.
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