EL TSUNAMI EN CALLE LILLO
Después del terremoto el mar pareció recogerse, las aguas bajaron con una corriente igual a la de un correntoso río. En el seco fondo de la bahia se veían los peces varados, las lanchas y botes fueron arrastrados por la fuerte corriente; minutos después el mar regresó lentamente y fue subiendo la marea y las aguas inundaron las calles del bordemar. La fotografía muestra las cicatrices que dejó el terremoto en los muros del edificio municipal que aparece hundido en las aguas de la marea que inundaron los negocios, las casas y cantinas de la calle Lillo.
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